La malla soldada es una rejilla de alambre de acero soldada en cada intersección para lograr uniformidad y estabilidad. Supera a las mallas tejidas en consistencia y resistencia, determinadas por el grosor del alambre y el tamaño de la rejilla. Fabricada en acero galvanizado para evitar la oxidación, también está disponible en una variante de acero inoxidable más duradera. Para una protección adicional, se puede optar por un revestimiento de PVC.
La malla se presenta en dos variedades: GAW, que se suelda y luego se galvaniza para una protección completa, y GBW, en la que se suelda alambre pregalvanizado, lo que reduce potencialmente el zinc en las uniones pero sigue siendo rentable.
Entre las aplicaciones de la malla soldada se incluyen:
Vallado de zonas residenciales, comerciales e industriales.
Jaulas y recintos para animales.
Protección de máquinas y ventanas.
Usos agrícolas como soportes de plantas.
Refuerzo de construcción para hormigón (malla de refuerzo).
Estanterías en tiendas y talleres.
Usos arquitectónicos, como rejas decorativas.